Habitualmente, tanto en la enseñanza
presencial como a distancia, el estudiante interactúa con: los
docentes (profesores, tutores, consejeros,. . . ) que apoyan y orientan al
estudiante en su proceso de aprendizaje; los compañeros (alumno-alumno o
alumno-grupo) para el intercambio de ideas, motivación o ayudas no
jerarquizadas; los materiales didácticos, a través de su lectura, escucha,
manipulación, la propia institución, solicitando servicios administrativos
y resolviendo problemas generales de otra índole.
En función de tipo de intermediación, del
tiempo y del canal utilizado, aparecen diferentes tipos de comunicación.
Básicamente, distinguiremos entre comunicación presencial o no presencial,
síncrona o asíncrona y real o simulada. Cuando no existe contacto
físico entre los profesores y los alumnos, como ocurre en el caso de la
EaD entre otras, se debe compensar la interactividad que aparece en una
lección presencial con otro tipo de interacción. La teoría del diálogo
didáctico mediado es la que mejor puede resolver este problema.
Es la comunicación, o el diálogo didáctico
mediado, quien proporciona la flexibilidad en
los procesos de aprendizaje, ya se trate de una institución a distancia o presencial, en la que el alumno elige el tiempo, espacio y
ritmo de sus aprendizajes. Es decir, los medios son los que permiten
que el aprendizaje sea flexible.
A través de un diálogo simulado y asíncrono los
alumnos establecen la primera comunicación con la
institución. El estudio de estos materiales se realizan de forma independiente y autónoma. el estudiante decide cuándo estudiar, el ritmo de su estudio, la forma de emplear los materiales,
dónde va a tener lugar el aprendizaje. En fin, independencia
(relativa), además de en el espacio y el tiempo, en
el control y dirección de los aprendizajes. Pero este diálogo simulado no es suficiente si no disponemos de unos canales de
comunicación adecuados para permitir un diálogo real, con el profesor y
con los compañeros principalmente. La comunicación real puede ser
tanto síncrona (presencial, telefónica, en chats o videoconferencia) como
asíncrona (correo postal, correo electrónico o
foros de discusión por ejemplo). Las tutorías son un elemento fundamental en la EaD, pues transmite un sentimiento de relación personal entre el estudiante y la institución.
Que este diálogo real no se produzca sólo
entre el profesor y el alumno, sino que cada estudiante puede comunicarse
con el resto de sus compañeros a través de los mismos medios. La
teoría del diálogo didáctico mediado [6] basa su propuesta en la comunicación
a través de los medios. Esta comunicación se
centra en el autoestudio cuando el medio son los materiales de estudio, y
en la interactividad vertical y horizontal (profesor-alumno y
alumno-alumno) si se trata de las vías de comunicación real. Y esta
comunicación mediada es la que diferencia la EaD de la modalidad
presencial.
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